Buenas noches, ya hace dias que no compartia nada con vosotros.
Hoy os dejo este artículo que me he encontrado navegando por la red, algunos ya lo habéis podido ver en mi facebook. Me ha parecido muy interesante.
Tres aspectos de la educación en Finlandia que necesitamos importar con urgencia
Hay
muchos elementos que hacen de la educación en Finlandia una de las
mejores del mundo, y no sólo por sus resultados, que sólo son la
consecuencia. Por ejemplo: la alta consideración social y
económica del docente, la innovación y libertad pedagógica del maestro,
el cuidado individual a cada alumno o el hecho de que la financiación
de las escuelas se realiza a través de los ayuntamientos. Esto
último garantiza que en cada municipio la educación sea considerada una
prioridad (¡¡se trata de sus propios hijos!!). Estos son solo algunos
ejemplos.
De todos ellos, hay tres aspectos
fundamentales que marcan una diferencia de base con el sistema español, y
que, soñando despierta, me gustaría importar con carácter de urgencia.
1) La no-injerencia política. La educación en Finlandia no es algo estático, sino que está en evolución permanente … con criterios pedagógicos. No son los políticos, sino los docentes quienes lideran esa evolución. En
España, lo primero que hace cada nuevo gobierno que llega al poder es
imponer, desde arriba y sin suficiente consenso con la comunidad
educativa, los cambios que considera oportunos, en base a criterios que
ni los docentes ni los ciudadanos acertamos a entender. El progresivo
deterioro de la calidad educativa demuestra que esos criterios pueden
ser variados, pero no son pedagógicos, a la vista del resultado. En cualquier caso se apoyan en una visión mecanicista del niño no como un ser inteligente en evolución, sino como una caja que hay que llenar, y cuando antes se empiece mejor. Eso con cada vez menos recursos…
2) Comenzar la escuela en primaria.
En Finlandia y otros países avanzados, la etapa del jardín de infancia
se prolonga hasta los 6 años, lo que aquí consideramos el 2º ciclo de la
Educación Infantil. Los niños empiezan a aprender a leer y escribir y a contar a los 7 años,
porque es cuando están neurológicamente maduros para ello. Antes de ese
momento, su tiempo se dedica al juego (gran parte de él al aire libre),
la actividad manual y escuchar narraciones. “Estar maduro” implica aprender con facilidad y disfrutando. Hay consenso entre los pedagogos en que adelantar etapas es un error
que no sólo les priva de un tiempo valioso para jugar, que es lo que
necesitan hacer en esta etapa, sino que convierte el aprendizaje en una tarea ardua, desagradable.
Muchas dificultades de aprendizaje son el fruto de esta profunda
incomprensión de cómo son y cómo aprenden los niños en realidad. No cargarse su afán y su placer por aprender debería ser una prioridad.
3) El arte, parte integral de la educación. La educación musical y artística no sólo nos conecta con lo más elevado de la inteligencia humana, sino que es un cauce natural de desarrollo de la creatividad, y como “efecto colateral” facilita el aprendizaje de otras materias más formales. En el Jardín de Infancia, cantar potencia el desarrollo físico, mental y social de los niños y se refleja en el desarrollo del habla y la inteligencia social. No hay desarrollo integral sin las artes en la escuela. Y con “arte” no me refiero a colorear fichas… Así, mientras
los pedagogos van descubriendo cómo el arte favorece el desarrollo
integral de las niñas y los niños, y hay países que incluso recogen
en su constitución el derecho a la educación artistica en la escuela, en
España su presencia en el curriculum escolar va disminuyendo
progresivamente, por ser considerada algo menor, colateral, sin una
utilidad directa. Una visión bastante miope de la educación.
Es también lamentable la forma en que el sistema escolar proyecta su sombra fuera de la escuela, concretamente sobrecargando
con deberes incluso a niños muy pequeños. Se trata de un instrumento
perverso con el que la escuela se apodera del poco tiempo libre que
queda a los niños, reduciendo aún más su tiempo de juego y generando
estrés familiar. Un tema penoso que demuestra que poner el acento en forzar la marcha, en realidad, no funciona, y que merece una rebelión de los padres.
Isabel Fernandez del Castillo
No hay comentarios:
Publicar un comentario